La Economía Social y Solidaria en las ciudades medias: Contribuciones y derivas desde la investigación y la extensión universitaria

Rosana Sosa

Otra Economía, vol. 15, n. 27: 18-32, enero- junio 2022. ISSN 1851-4715

 



 

La Economía Social y Solidaria en las ciudades medias: Contribuciones y derivas desde la investigación y la extensión universitaria 

A Economia Social e Solidária nas cidades médias: Contribuições e derivas da pesquisa e da extensão universitária

 

The Social and Solidarity Economy in middle cities: Contributions and derives from research and university extension

 

Rosana Sosa*

rosanaesosa@gmail.com

 

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Resumen: El presente artículo analiza la intervención de la universidad pública en el desarrollo del campo de la economía social y solidaria en una ciudad de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Tomando como caso el Programa de Economía Social Solidaria y Popular de la Facultad de Ciencias Sociales (Unicen), se formula un recorrido que busca dar cuenta de las continuidades y rupturas de intervenciones provenientes de la investigación y la extensión universitaria, poniendo la mira —además— en el proceso de institucionalización de (otras) modalidades de trabajo que acontece en nuestras universidades y del que emergen pequeños intersticios caracterizados por un interjuego permanente entre lo instituido y lo instituyente en materia de la construcción de procesos grupales e institucionales. La interrogación de esos procesos y su potencial apuesta a producir subjetividades capaces de fisurar los modelos tradicionales que han definido al trabajo de la universidad constituye el eje estructurante de la discusión que este artículo propone.

Palabras clave: economía social y solidaria, identidades urbanas, universidad

 

Resumo: Este artigo analisa a intervenção da universidade pública no desenvolvimento do campo da economia social e solidária em uma cidade da província de Buenos Aires, Argentina. Tomando como caso o Programa de Economia Social Popular e Solidária da Faculdade de Ciências Sociais (Unicen), formula-se um percurso que procura dar conta das continuidades e rupturas de intervenções oriundas da investigação e extensão universitária, focando -também- no processo de institucionalização de (outras) modalidades de trabalho que ocorre em nossas universidades e de onde emergem pequenos interstícios caracterizados por um jogo permanente entre o instituído e o instituinte em termos de construção de processos grupais e institucionais. A interrogação desses processos e sua aposta potencial em produzir subjetividades capazes de romper os modelos tradicionais que têm definido o trabalho da universidade constitui o eixo estruturante da discussão que este artigo propõe.

Palavras-chave: economia social e solidária, identidades urbanas, universidade

 

Abstract: This article analyzes the intervention of the public university in the development of the field of social and solidarity economy in a city in the province of Buenos Aires, Argentina. Taking as a case the Popular and Solidarity Social Economy Program of the Faculty of Social Sciences (Unicen), a route is formulated that seeks to account for the continuities and ruptures of interventions originating from research and university extension, and also seeks to put in view the process of institutionalization of (other) work modalities that occurs in our universities and from which small interstices emerge characterized by a permanent interplay between the instituted and the instituting in terms of the construction of group and institutional processes. The interrogation of these processes and their potential bet to produce subjectivities capable of cracking the traditional models that have defined the work of the university constitutes the structuring axis of the discussion that this article proposes.

Keywords: social and solidarity economy, urban identities, university

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Introducción

 

La Economía Social y Solidaria (ESS) conforma un campo teórico y empírico que en Argentina registra dos fuentes. La economía social tradicional -asociada al cooperativismo y mutualismo- y vinculada a las corrientes migratorias europeas de fines del siglo XIX y principios del XX. Una segunda, que remite a una economía social y solidaria que es tributaria de las respuestas populares a la profunda crisis económica, social y política hacia fines del siglo pasado y principios del XXI.

Iniciada la década del 2000, ésta última variante de la economía social y solidaria cobra trascendencia en la esfera pública, en las agendas gubernamentales y universitarias. Desde el Estado han sido desarrolladas políticas públicas con proyecciones tanto a la inclusión social cuanto al desarrollo local. En el campo académico, por su parte, ha consolidado su presencia en las propuestas de formación, de investigación y de extensión en diversas Universidades Públicas Nacionales. Correlato de ello, en el año 2016 se conforma la Red Universitaria en Economía Social y Solidaria (RUESS) que inicialmente nuclea los equipos de veinticinco universidades que trabajan en la temática en Argentina y, transcurrido un lustro, son más de cuarenta las instituciones universitarias agrupadas, consolidándose como un ámbito colectivo y de convergencia para el impulso de la perspectiva de la integralidad de las funciones universitarias.

En el marco de esta visión colectiva, el presente artículo pretende recorrer dos cuestiones. El analizar el panorama que presenta la intervención de la universidad pública en el desarrollo de la economía social y solidaria en una ciudad de la provincia de Buenos Aires, Argentina, teniendo en cuenta este contexto de continuidades y rupturas, y atendiendo particularmente a la caracterización de la misma como ciudad intermedia. En este marco, tomando como caso el Programa de Economía Social Solidaria y Popular de la Facultad de Ciencias Sociales (Unicen), se buscará dar cuenta del contexto de surgimiento e instalación de un espacio de trabajo dedicado al desarrollo de estrategias para el fortalecimiento y la visibilidad de procesos socio-económicos del sector de la economía popular.

En segundo término, nos ocuparemos de las derivas de dicha tarea extensionista y la construcción de una línea de investigación que busca tanto recuperar preguntas e interrogantes emergidos del territorio cuanto inscribir las problemáticas de la economía social y solidaria en la trayectoria de un núcleo de investigación preexistente cuyo principal interés son los procesos desarrollados en las ciudades rango intermedio del centro de la provincia de Buenos Aires.

Ambos recorridos pretenden poner en la mira el proceso de institucionalización de (otras) modalidades de trabajo que acontece en nuestras universidades y del que emergen pequeños intersticios caracterizados por un interjuego permanente entre lo instituido y lo instituyente en materia de la construcción de procesos grupales e institucionales que apuestan a producir subjetividades capaces de fisurar los modelos tradicionales que han definido al trabajo de la universidad.

1.    Las ciudades medias

 

La ciudad de Olavarría, uno de los 135 municipios que agrupa la provincia de Buenos Aires, tiene una superficie total que asciende a 7715 km2, extensión que la ubica en el tercer lugar en el orden provincial, luego de Patagones y Villarino. Sin embargo, representa sólo el 0,07% del total de la población provincial (que asciende a 15.594.428 habitantes, esto es el 38,8% de la demografía nacional) y se inscribe en el denominado “interior de la provincia” donde representa casi el 2% de la población. Esta correlación superficie/población se inscribe en lo que es una de las mayores recurrencias en materia de población en Argentina: la alta concentración de habitantes en pocas jurisdicciones y, producto de ello, municipios superpoblados alrededor del Gran Buenos Aires. Situación similar se da en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza.

Una ciudad centenaria (fundada en 1867), es cabecera de su partido homónimo, es un centro urbano de rango intermedio, con actividad agropecuaria y diversidad de cultivos, siendo una característica de Olavarría su primacía industrial, en particular el desarrollo de la industria cementera. Una identidad representada por imágenes de pujanza y trabajo (Gravano 2005) comienza a ser redefinida (Sosa: 2014)

Las reflexiones y estudios en materia urbana tanto en ámbitos académicos y/o profesionales cuanto en la gestión político-institucional y en el sentido común (Gravano, 2016) suele ser acaparada por las realidades de las grandes ciudades. Sin embargo, gran parte de la población urbana mundial vive en ciudades medias y pequeñas que no exceden los 500.000 habitantes, siendo por ello imperioso abarcar la escala de las ciudades medias y pequeñas como objeto de análisis (Boggi y Galván, 2016). En este marco, a los aportes que la Urbanística y la Geografía hicieron en las décadas de 1950 y 1960 al conceptualizar -mediante indicadores estructurales y de funcionalidad- a las ciudades entre 50.000 y 500.000 habitantes hemos de sumarles su inscripción en un contexto y unas dinámicas simbólicas que constituyen esa condición de “intermedia”.

La especificidad de los centros urbanos de rango intermedio (Silva y Boggi, 2016) requiere además de una noción de ciudad intermedia o de rango medio que permita un análisis de las ciudades en su condición de núcleos integrados a una red de relaciones nacionales e internacionales más atravesadas por dimensiones simbólicas e ideológicas (Gravano, 2005; Boggi y Galván, 2016).

La búsqueda que ha impulsado nuestro interés de los últimos 20 años (Sosa: 1999, 2009, 2011, 2014) hace confluir una variedad de interrogantes relativos a la producción de sentidos y significados sociales asociados al trabajo. En particular, ha ocupado nuestra atención el modo en que las tramas socioculturales de las realidades particulares, los procesos identitarios, las prácticas y los discursos procuran tamizar, atemperar, cuestionar y acondicionarse a la irrupción de los discursos dominantes que porta la globalización. Por ello, hemos indagado en las representaciones y percepciones elaboradas por los sujetos particulares (Rockwell y Ezpeleta, 1998) en el mundo de la vida cotidiana en relación con los cambios que acontecen en torno a los sentidos del trabajo en las ciudades de rango medio del centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Asimismo, procuramos analizar el modo en que tales significados remiten al grupo social de pertenencia bajo el supuesto de que este colectivo ofrece ciertas claves de lectura de la realidad y opera como una mediación que fortalece o debilita los significados propuestos en función de la interacción cara a cara. En este marco, han interesado las relaciones que se construyen entre los imaginarios emblemáticos, las tramas de poder local y los modos en que se gestionan estas ciudades que presenta particularidades respecto de lo que acontece en las metrópolis.

En primer término, “‘Barajar y dar de nuevo’. El desafío para la ‘ciudad del trabajo’ en tiempos de despidos, flexibilización y desempleo”, seguidamente, “El trabajo en cuestión. Los actores educativos y la disputa de sentidos en el territorio de la escuela” y “La marca en el orillo. Prioridades educativas, imaginarios urbanos y perfil productivo de la ciudad de Olavarría” constituyen los antecedentes más salientes a la problematización de la economía social y solidaria en las ciudades medias. En los dos primeros casos, el registro de los sistemas de representación de los actores sociales acerca de sus propias prácticas y de los significados que les atribuyen busca desentrañar el proceso cultural y, por tanto, constructor de identidad del que son tributarios tales sentidos. He aquí el nudo problemático común que se constituye como hilo conductor de las citadas investigaciones, que se realizaron en la ciudad de Olavarría y que focalizan de manera particular en las cuestiones asociadas a la construcción de los significados de trabajo. Los hallazgos, en cada una de ellas, contribuyen a una aproximación mayor al problema, más son los interrogantes que permanecieron abiertos y la aparición de otras inquietudes los que contribuyen a la formulación de nuevas y más complejas hipótesis, al tiempo que colaboran en la continuidad de ocuparnos de estos asuntos. Más allá de los debates específicos implicados en cada uno de los trabajos, ambas investigaciones focalizan en el colectivo de trabajadores de pertenencia como espacio privilegiado de circulación y producción de significados asociados a la reproducción material y social de los sujetos. En el primer caso −referido a los obreros fabriles− y en el segundo −a los trabajadores de la educación−, las pesquisas nos han permitido reflexionar acerca de la incidencia de la vida cotidiana en el ámbito laboral, de los mandatos fundacionales de las actividades y del contexto social y epocal en las marcas identitarias que se construyen y se comparten con los pares. Sin embargo, es otra la recurrencia que nos interpela, y ésta refiere a la imposibilidad de escindir la pertenencia a un colectivo de trabajadores de aquella que alude a un colectivo mayor, en este caso, ser “de Olavarría”. Se abren así interrogantes para el tercer trabajo que se ocupa de los modos en que acontece la apropiación que en Olavarría se hace del proceso de formulación del papel de las ciudades, el mandato de regionalización que porta la globalización y el modo en que éste incide en la historia acumulada de articulación con las ciudades vecinas, con particular énfasis en los significados asociados al carácter intermedio que define a la ciudad. Dentro de ellas, se presta especial atención a las que atienden a cuestiones educativas, entendiendo que éstas son asumidas como solidarias en el proceso de construcción de la ciudad. Así, los intereses de la investigación originan una focalización del estudio en aquellos sentidos que permanecen opacos cuando son tematizadas la necesidad de “calificar la mano de obra”, “especializar la fuerza de trabajo” y “generar ofertas educativas”, entre otras denominaciones usadas por los actores sociales de la ciudad.

En primer lugar, el estudio hace un recorte en torno de la ciudad industrial que convoca a significados destinados a apuntalar algunos saberes que, por emblemáticos, tienen altas chances de alcanzar su condición de prioritarios. Tal es el caso de la declamación de los saberes técnicos, cuya ausencia no fue un obstáculo para “poner en marcha” la ciudad, más sí lo será a la luz de las expectativas de crecimiento. En segundo término, y del mismo modo en que la puesta en vigencia del proyecto de industrialización nacional favorece la legitimación de la prioridad de “lo técnico” y colabora en la recuperación de sentidos que se reconocen como identitarios, interesa la reivindicación del proyecto de ciudad universitaria que surge al amparo del arco de significados abierto por la Sociedad del Conocimiento. La educación superior como punto de confluencia entre una perspectiva que se nutre de “la revitalización de la teoría del capital humano” (Spinosa, 2011: 66), sueños de distinción respecto de otras ciudades y un juego de tensiones asociadas al rol de la universidad en la sociedad. Por último, focalizamos en un ámbito de convergencia de los saberes prioritarios emblematizados y que supone la motorización de un cambio cultural en la ciudad asociado al impulso del emprendedorismo. La instalación de la cultura emprendedora registra tanto significados de modernización y de “apuesta al cambio” como un rescate de los “pioneros”, que se toman los modelos a seguir, a recuperar y a superar. De estos últimos saberes nos concierne tanto un complejo conjunto de operaciones del que se desprende una construcción icónica de la cultura urbana que logra representar la imagen pública de la ciudad diversificada como la cristalización de la modalidad de “gestión de lo social” que prevalece en tiempos de redefinición de los modos de intervención del Estado. Las tres prioridades educativas seleccionadas para su problematización nos permiten hipotetizar acerca de los modos en que éstas vienen a interpelar directamente la narrativa identitaria que se construye desde el trabajo fabril, el paternalismo empresarial y la estabilidad laboral asociada al empleo, todos ellos símbolos concretos de la Ciudad del Trabajo. Los modos en que esto se resuelve en el plano de las narrativas y de la búsqueda de coherencia interna con el pasado han conformado un emergente de lo señalado hasta aquí y constituyen dos sendas que contribuyen al proceso de interrogación y elaboración de conjeturas tendientes a redefinir el modo en que concebimos el proceso de construcción de prioridades educativas en un contexto local.

Asimismo, y desde una mirada dialéctica de los procesos socio-culturales, hemos prestado atención a iniciativas económico productivas que se encuadran en el proceso de desarrollo de la economía social y solidaria en las ciudades intermedias. El primero (2014),[1] con un alcance regional (Azul, Olavarría, Quequén/Necochea y Tandil) permitió la identificación y caracterización de unidades productivas, instituciones cooperativas, mutuales y entidades de la Economía Social. El mapeo hizo aportes tanto a la cuantificación cuanto a cualificación del sector, reconociendo el entramado de actores y relaciones locales que excede a las organizaciones formales y que tienen una activa participación en las relaciones de reciprocidad/solidaridad.

El segundo (2016),[2] de alcance nacional, permitió desplegar un trabajo de fortalecimiento de las prácticas e instituciones de la socioeconomía, tanto en su dimensión interna (identitaria) cuanto externa (estrategias de visualización). La convergencia de los resultados de ambas investigaciones deriva en la conformación de la Incubadora de Economía Social (IncubESS Unicen) en la que ha sido posible acompañar, monitorear y diagramar proyectos de trabajo con 30 unidades productivas de la región desde un espacio de formación e intercambio de saberes entre las organizaciones participantes y el sector de la economía social regional.

Estas iniciativas, dedicadas tanto a actividades productivas como reproductivas, conforman un espacio social en el que se construye la posibilidad de generar nuevas formas de pensar y practicar el trabajo, la producción, el intercambio, el consumo y el ahorro desde una lógica diferente a la de la economía de capital. Al mismo tiempo, han sido capaces de recomponer los lazos colectivos y las identidades de los sectores trabajadores excluidos. Resulta de ello, un colectivo heterogéneo de la Economía Popular y Economía Social y Solidaria que logra constituirse como sector socioeconómico específico y que, en algunos casos, deja aflorar nuevos actores que participan de la lucha económico-política y alternativamente se inscriben en prácticas que ponen en debate los modelos de desarrollo en disputa.

Los resultados obtenidos por los mencionados proyectos de investigación aplicada han contribuido a interrogarnos acerca de las relaciones de conflicto y negociación entre aquellas miradas hegemónicas de la ciudad y estas organizaciones económico-sociales de base territorial. Y, con ello, se generan algunas interrogaciones acerca de cómo se vinculan esas tramas con la apropiación desigual de los modos de producción/reproducción simbólica y material de la ciudad de Olavarría.

 

2.         La extensión universitaria como puerta de entrada al trabajo en territorio

 

Desde el año 2015, el PESSyP desarrolla actividades vinculadas al campo de economía social y solidaria en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires. Bajo el formato de un programa institucional, se inscribe en la Facultad de Ciencias Sociales, creada en 1987 con la apertura de dos carreras universitarias: Antropología y Comunicación Social.

En el marco de una estrategia colectiva construida por las universidades nacionales, se busca contribuir a hacer perceptible y visible para la sociedad en su conjunto la emergencia de otra economía. La mirada está dirigida a las unidades domésticas, sus extensiones y sus organizaciones de nivel superior y pondera tanto en su dimensión económica-productiva cuanto en su carácter de movimiento económico-social-político (Coraggio, 1998). Se asume una perspectiva de “economía popular” (Coraggio, 1999) que se define por sus relaciones de intercambio, dentro de una economía mixta, con hegemonía del capital, con los subsistemas de empresas capitalistas y de agencias del Estado (Coraggio, 2009). Asimismo, se inscribe en una perspectiva teórico epistemológica de las sociologías de las ausencias (Santos, B. de S., 2006) tendiente a una producción de conocimiento en clave de “las ecologías de las productividades” direccionado a la puesta en valor de los sistemas alternativos de producción (Ob. Cit, 29).

En particular, focalizamos en la potencialidad de las iniciativas generadas por grupos sociales que expresan formas alternativas y ancestrales de hacer economía a modo de “resistencias” a modelos económicos impuestos. Dichas experiencias, agrupadas analíticamente en la categoría “la economía popular realmente existente” (Coraggio 1998: 127) presentan escasa visibilidad, articulaciones fragmentadas y ocupan el territorio común de un modo disperso, cuestiones que han dificultado el fortalecimiento colectivo, mas no ha impedido generar complejos mecanismos y dispositivos para la intra-transmisión de sus visiones, saberes y modos de hacer.

Asumimos, por ello, que el fortalecimiento de una economía popular resulta inescindible de los procesos de desarrollo integral de las comunidades que ponderan la sustentabilidad del desarrollo asociada a la creación de condiciones y escenarios que faciliten el camino hacia el Desarrollo Local y la capacidad de expandir las capacidades de las personas, las comunidades, las sociedades y la naturaleza. (Coraggio, 1992). Se recupera aquí la perspectiva “endógena del desarrollo” (Coraggio 2004b) capaz de generar y/o potenciar los actores del territorio, consolidando los espacios participativos y “multiactorales” como espacios de aprendizaje y propiciando el empoderamiento de las organizaciones mediante la construcción colectiva de conocimiento en prácticas comunitarias y colectivas.

El programa, inscripto en una Facultad de Ciencias Sociales conformada por carreras de Comunicación Social y Antropología Social, ha configurado cuatro áreas de trabajo: la producción comunicacional, la comercialización, el acompañamiento y tutoría de trabajadores de la economía popular y la formación de agentes replicadores de la producción y el consumo responsables.

En materia de comunicación, el PESSyP interviene desde la producción de materiales comunicacionales a través del Proyecto Hacemos otra economía Día a Día que surge en 2016 y continúa. En ese marco, hay una producción anual de calendarios realizados con fotógrafos locales para divulgar contenidos y prácticas que identifican al sector. Coproducido con Banco Credicoop y la Facultad de Ciencias Sociales. Y en formato radial se ha producido un micro “La Mirilla” durante el 2019, coproducido con Banco Credicoop y una columna “La otra Economía”, ambos para Radio Universidad.

En lo que respecta a la comercialización, el Proyecto Feri(ando), surge en 2016 y continúa incluido desde 2017 en Proyecto La Posta. El Proyecto La Posta, surge en 2017 y continúa. Es un espacio de comercialización para pequeños productores locales y tiene como destinatarios a los universitarios (trabajadores y estudiantes) de la Unicen. Tiene una frecuencia mensual y derivó en una articulación con la Universidad de Quilmes, a través del proyecto Chasqui.

En el ámbito del acompañamiento y capacitación el Proyecto Trabajadores de la Economía Popular en contexto de encierro surge el 2017 y continúa. Involucra acciones de docencia, investigación y extensión articuladas con el Centro Cultural Itinerante El Musguito, el Programa Universidad en la cárcel (Unicen), el Programa Educación en Contexto de Encierro (Facso Unicen) y el Proyecto de Investigación Orientado “Acceso a derechos y vida cotidiana en la cárcel” (SECAT Unicen).

En relación a la formación de agentes multiplicadores, el Proyecto Werken, inicia 2019 y busca involucrar estudiantes secundarios e inicial en el consumo responsable. Se está implementando en 2020 simultáneamente en cuatro unidades académicas de la Unicen y una institución educativa del nivel superior de formación de docentes en el área de las Artes Visuales.

Todas las áreas convergen en el Proyecto Banco de experiencias que surge en 2016 y continua. Es un espacio que busca sistematizar experiencias de ESS ponderando sus aprendizajes y articulaciones. En virtud de ello, el desarrollo de propuestas de formación e intercambio de saberes que recuperen las problemáticas vinculadas a los procesos de implementación de las iniciativas de la economía solidaria es uno de los objetivos programáticos del PESSyP.

Al mismo tiempo, se busca el fomento de la reflexión acerca del aporte de la Economía Social Solidaria y Popular en la formación académica de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales desde la generación de un espacio de socialización de experiencias cooperativas, asociativas y productivas que asuman los valores solidarios.

El trabajo acumulado en el marco del Programa de Extensión ha conducido a ponderar las experiencias, los saberes y las prácticas de los actores sociales de la economía social y solidaria atendiendo a su aporte a la sustentabilidad del sector de la economía social. Luego, resulta necesario visualizar los modos en que estas cuestiones se inscriben en una problemática mayor vinculada al desarrollo social y productivo de las ciudades.

Los indicios precedentes conducen a una indagación que conduce a problematizar la inscripción de la producción de los saberes, aprendizajes y prácticas de la economía social y solidaria en un proceso que remite a la construcción del “derecho a la ciudad”, aludiendo a la lucha por el cumplimiento efectivo del acceso al sistema de servicios y de infraestructura que conforman el valor de uso de la ciudad, su sentido público (Silva y Gravano, 2017). En este marco, y asumiendo una perspectiva que articula la dimensión estructural con el estudio de los imaginarios, se proyecta una línea de investigación que atiende a la particularidad del rango medio de la ciudad y focaliza en las formas localizadas de la trama de actores sociales y la producción de significados e imágenes del pasado identitario de las ciudades y su vinculación dialéctica con la proyección de utopías urbanas.

 

3.           Experiencias, saberes y prácticas de la otra economía: aportes para el desarrollo local

 

El recorrido precedente por los caminos de la extensión universitaria conduce a la identificación de problemáticas que requieren una instancia de indagación sistemática y con propósitos asociados a la producción de conocimientos desde el ámbito de la investigación. En tal sentido, el proyecto de investigación “Economía social y solidaria en ciudades medias: sistematización de saberes y experiencias” (acreditado en la Secretaría de Políticas Universitarias para el Programa Incentivos a la Investigación del Ministerio de Educación, Argentina) persigue como objetivo general la contribución y fortalecimiento de capacidades institucionales de las organizaciones productivas y sociales de la economía social mediante la sistematización de los saberes, aprendizajes y prácticas de organización, producción, intercambio y consumo producidos por las propias instituciones de la economía social en materia de organización y gestión de sus unidades productivas e institucionales.

El estudio se encuadra en el campo de la economía social y focaliza en su relación con el desarrollo local para el caso de ciudades intermedias de la provincia de Buenos Aires. Se busca hacer aportes al diseño de metodologías y estrategias de fortalecimiento de las instituciones y unidades productivas desde un enfoque escasamente explorado: las representaciones colectivas que remiten a la identidad, a la historia y a los emblemas urbanos.

La pesquisa apunta a contribuir a los procesos de sinergia y retroalimentación del campo de la economía social mediante la ponderación de la dimensión cultural de los modos en que las iniciativas económicas alternativas construyen la sustentabilidad de sus organizaciones en las ciudades medias. En este marco, se busca hacer aportes que conduzcan a “la construcción de un estatuto institucional económico y político para las prácticas alternativas mediante” la sistematización de las experiencias en vigencia. En particular, desarrollar y perfeccionar metodologías que conduzcan a las organizaciones de la economía social a la identificación, la promoción y la transmisión de los saberes y aprendizajes en materia de organización y gestión de sus unidades productivas e institucionales.

El núcleo de interés del estudio es tributario de los problemas que componen la agenda pública y teórica acerca de la planificación del desarrollo local y regional. Por otra parte, el planteo remite a las cuestiones concomitantes al fortalecimiento del campo de la economía social, desde una perspectiva de “economía popular” (Coraggio, 1999) que se define por sus relaciones de intercambio, dentro de una economía mixta, con hegemonía del capital, con los subsistemas de empresas capitalistas y de agencias del estado (Coraggio, 2009). Y, por último, el interés se inscribe en una perspectiva teórico epistemológica de las sociologías de las ausencias (De Souza Santos: 2006) tendiente a una producción de conocimiento en clave de “las ecologías de las productividades” direccionado a la puesta en valor de los sistemas alternativos de producción (De Souza Santos 2006:29).

Este desarrollo conduce a la inscripción de la problemática de la economía social y solidaria en la producción de conocimiento acerca de las ciudades medias. En la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Centro se han desarrollado durante los últimos veinte años desde el Núcleo de Producciones e Investigaciones Comunicacionales y Sociales de la Ciudad Intermedia -PROINCOMSCI- investigaciones abocadas al análisis de los procesos que se desarrollan en las ciudades del centro de la provincia de Buenos Aires, centros urbanos de rango intermedio.[3] La especificidad de tales urbes ha conducido a la construcción de la categoría “ciudad intermedia”, atendiendo tanto a indicadores estructurales y de funcionalidad, que apuntan a un rango poblacional amplio, que abarca desde los 50.000 a los 500.000 habitantes, cuanto a los aspectos significacionales y las dinámicas simbólicas del espacio urbano. Cobran importancia con ello las vivencias de los actores que la habitan, se la apropian cotidianamente y, por ello, la significan (Gravano, 2013). En virtud de ello, los imaginarios sociales urbanos (Silva, 1992) constituyen analizadores del entramado de representaciones simbólicas, prácticas e instituciones que se producen, reproducen y circulan en sociedad.

En este marco, el Núcleo se ha ocupado del estudio de la relación entre los procesos comunicacionales e imaginarios identitarios urbanos -como conjunto de representaciones histórica y culturalmente construidas con referente en el espacio local y regional- a escala de rango intermedio y el fortalecimiento de alternidades organizacionales participativas, entendidas éstas como opciones de transformación institucional y los modos de gestionarlas. Dichas cuestiones han conducido a considerar la complejidad asociada a la concurrencia de lo global y lo local-localizado y focalizar en la hechura de la ciudad (Sosa: 2014), la toma de posición de la sociedad en el diseño e implementación de políticas públicas en el nivel local. Se privilegia un enfoque desde la perspectiva de la sociología urbana (Coulomb 1993; Chiara y Di Virgilio 2010) y el modo en que se conforman los problemas sociales y se definen las agendas locales. La mirada de la gestión ubica el foco en el conjunto de procesos orientados a hacer posible la reproducción de la vida de la población y la serie de operaciones que buscan articular los recursos con la finalidad de producir satisfactores para materializar en la ciudad los bienes de consumo individual y colectivo. Encontramos una llave de acceso interpretativa en la categoría de gestión desarrollada por Coulomb (1993) que nos permite acercarnos al contexto de procesos que, bajo distintas formas, ponen en relación al aparato estatal con la sociedad civil al articular la esfera de las necesidades sociales con el ámbito público de su satisfacción, donde la gestión cumple un papel estratégico en términos sociales, políticos y culturales.

Desde el Núcleo se han trabajado en un abordaje de procesos sociales y urbanos que diera cuenta de su negatividad dialéctica (Lourau, 1988), atendiendo a lo que lo ciudad oculta cuando se la invoca en abstracto. Para ello, se incorporan categorías como identidad y cultura referenciadas en los espacios urbanos, se ha recuperado el concepto de imaginario (Castoriadis, Colombo, Ansart; 1989) en su relación con otros como ideología en un sentido amplio (Williams, 2001). El punto de convergencia es profundizar en el registro de los sistemas de representaciones y significaciones (incluyendo identidades, emblemas, otredades y circuitos de prácticas significativas) que conforman esos imaginarios urbanos (Rama 1985, Mons 1992, Westwood & Williams 1997, Golpe y otros 1998, Iglesias & Sabugo 2006, Rodríguez Rodríguez 2008), mediante los cuales los actores sociales no sólo viven en la ciudad (como marca de lo urbano), sino que viven la ciudad misma, construyéndola como representación simbólica.

El desafío consiste en el abordaje desde estas categorías en relación a la disputa de sentidos vinculada a la producción, circulación y apropiación de discursos que refieren al desarrollo local. El interés específico está centrado la incidencia de los imaginarios urbanos como instancias de significación de la reproducción material y social de una ciudad, que en el rango medio adquiere características específicas. Los interrogantes que dinamizan la investigación refieren a los modos en que los actores definen desarrollo local atendiendo tanto a los requerimientos estructurales cuanto a las representaciones colectivas identitarias.

En esta clave, el propósito es dar cuenta del carácter específico que asume la gestión de las organizaciones sociales y productivas de la economía social en una ciudad media y que, por tanto, contribuya al diseño, implementación y evaluación de políticas públicas de promoción del desarrollo local y regional desde la puesta en valor del patrimonio cultural inmaterial que suponen las tradiciones de la economía social.

La inscripción institucional conduce a diseñar un proyecto de trabajo que se conforma de continuidades y rupturas con el mencionado recorrido. Respecto de las primeras, mantenemos nuestro interés en la producción de sentido simbólico-ideológico vinculada a garantizar la producción de valor y plusvalor en el ámbito de las ciudades (Portillo 1991), desde una concepción de ciudad entendida como un co-resultado emergente de distintas acciones (Coraggio, 1998) y la ciudad como derecho (Harvey, 2013), noción que nos permite incluir tanto la idea de una realidad urbana específica y su reivindicación de lo que se aspira, incorporando allí al ámbito de las utopías y de “lo deseable”.

Al mismo tiempo, asomamos a la problemática del desarrollo local como clave de análisis e interpretación de la gestión social y colectiva de las ciudades, entendiéndolo como un marco estratégico común, cuyo objetivo es el desarrollo y potenciamiento económico y político de las capacidades y recursos de las mayorías urbanas (Borja y Castells, 1998).

 

4.     Algunos avances

 

Las dificultades que presentan las organizaciones y unidades productivas en materia de sistematización de sus experiencias impide, tanto hacer visible el propio reservorio cultural, cuanto la interacción sinérgica con otras prácticas económicas que estructuran los proyectos hegemónicos de desarrollo local y regional y, por tanto, la marginación de estos. La antedicha contradicción se materializa, en gran medida, en dicotomías entre lo alternativo y lo dominante siendo este un componente decisivo para dificultar la visibilidad de las organizaciones, la participación en la discusión de políticas públicas del desarrollo local y regional y, finalmente, la afectación de su sustentabilidad económica y social.

El proceso de trabajo y su inscripción en un área de producción de conocimiento vinculada a las ciudades medias contribuye a la complejidad del objeto al tiempo que confiere especificidad al abordaje. En primera instancia, focalizar sobre los procesos de producción de saberes y aprendizajes de los actores de las organizaciones de la economía social conduce a atender a su dimensión cultural y, por tanto, la planificación y aplicación de acciones de reconocimiento e institucionalización de tales saberes. El abordaje explora en su dimensión de gestión estratégica vinculada con la visibilización y la negociación de los sentidos y consumos colectivos urbanos en la discusión del desarrollo local, haciendo foco en los usos hegemónicos de la cultura y su apropiación desigual por parte de las organizaciones de la economía social.

En resumen, sostenemos que la producción y gestión de formas alternativas de economía popular tensiona una particular configuración de acervos culturales que se compone, tanto de la apropiación de formas ancestrales cuanto de innovaciones en materia de gestión y organización. Tal configuración conforma un entramado que se define por la acumulación histórica de sucesivas instancias de aprender y (des)aprender los saberes que se postulan como “necesarios” para desarrollar la ciudad, en el marco de una dialéctica de producción y reproducción de las formas económicas y sociales de reconversión y desarrollo. Desde allí, se construyen condiciones hegemónicas del desarrollo local que pueden rastrearse hacia la convergencia de racionalidades e intereses en las modalidades que asume la articulación entre los saberes dominantes y los saberes populares.

La recuperación de los sentidos asignados y construidos por los actores permite acercarnos a la trama de significados que sustenta la cosmovisión de mundo de los actores desde el “conocimiento local” (Geertz 1994) y sus definiciones de saberes de la organización, de la producción, el intercambio y el consumo que son disputadas, definidas y negociadas en las tramas político-institucionales como marco de las diversas modalidades que asume el desarrollo local. A nuestro juicio, el objeto revela los modos de construir sustentabilidad de las organizaciones, procesando y articulando visiones, definiciones y representaciones sociales, resultante de la participación que integra y fragmenta en el plano económico y social.

En definitiva, el proyecto transita por la problemática de investigación las desigualdades estructurales inherentes a la condición capitalista de la ciudad y como objeto de conocimiento a los saberes producidos, apropiados y recreados que estructuran el estatuto social, cultural y de género de las y los actores en los territorios donde acontecen las prácticas de economía alternativa. La indagación se dirige a los modos de visibilizar los saberes producidos por las y los actores de la economía social, inscriptos en relaciones sociales, políticas y de género asimétricas en el proceso de hechura de la ciudad en el marco del desarrollo local y regional.

El universo de estudio se circunscribe a las unidades productivas incluidas en la Incubadora de la Economía Social de la Unicen (Incubess Unicen) y, dentro de estas, se seleccionan con base en criterios vinculados a: rubro productivo, mayor o menor desarrollo de la experiencia, implementación o no de acciones coordinadas con otras instituciones de la ciudad, etc. Se pretende con ello capitalizar la existencia de un trabajo iniciado, relaciones construidas, acuerdos arribados, confianzas conquistadas, y, al mismo tiempo, captar la heterogeneidad de los procesos de implementación, los agentes involucrados y los saberes socio-productivos que se gestionan.

En este marco, la investigación aborda la apropiación, impulso, recreación y fortalecimiento de las prácticas de organización, producción, intercambio y consumo generadas por las unidades productivas, organizaciones, redes y movimientos de economía social, enfocando en sus contribuciones al desarrollo local y regional. Desde una mirada dialéctica de los procesos socio-culturales, se apunta a interrogar cómo se vinculan esas organizaciones a la planificación del desarrollo local y regional de una ciudad de rango medio de la Provincia de Buenos Aires.

El foco, puesto en la “sistematización de las experiencias” (Jara, 1994; Franke y Morgan, 1995) permite abocarnos a la construcción de una memoria histórica preliminar y provisional de cada organización desde la mirada de la población en estudio con un criterio de ponderación y reconstrucción de saberes apropiados, producidos y transmitidos. Dicho proceso es consecuente con una intencionalidad de construir status de la práctica (Jara, 1994:22) que procura dar cuenta del carácter inescindible de los procesos de acción-saber-conocimiento y, por tanto, hacer inteligibles para los sujetos implicados su capilaridad, sus relaciones, flujos y el acumulado social que los sostiene.

El proceso de trabajo conduce a la gestión de un Banco de experiencias de la economía social en el marco del Programa de Economía Social Solidaria y Popular Facso Unicen. El banco de experiencias -como producto y como proceso- constituye una apuesta en clave de la elaboración crítica -en términos de Gramsci (1971)- que conduce a ponderar cada experiencia como producto del proceso histórico desarrollado hasta ahora y que ha dejado “una infinidad de huellas recibidas sin beneficio de inventario. Es preciso efectuar, inicialmente, ese inventario”.

En virtud de ello, la estructuración del proyecto en líneas de trabajo busca materializar aportes y transferencias en los diferentes planos señalados, todos ellos concurrentes en la programación y ejecución de un plan de acción participativo incluyendo acciones educativas para visibilizar, fortalecer y proyectar los saberes identificados.

 

Algunas conclusiones

 

Las estrategias de vinculación de las universidades públicas con las comunidades y las organizaciones sociales, políticas y culturales registran un proceso de reformulación que es tributario de la lectura que se ha hecho de los desafíos socioeconómicos que enfrentan las sociedades de América Latina. Consecuencia de ello, se hacen evidentes ciertos desplazamientos de los modelos tradicionales acerca del tipo de conocimiento que se valida, de la valoración de los saberes prácticos y de la construcción de horizontes para la producción de conocimiento.

El presente artículo ha procurado reflexionar sobre la vinculación universitaria con el campo de la economía social y solidaria (ESS) en un proceso que es estratégico -en los términos en los que propone Uranga (2011)- ponderando tanto su dimensión política asociada a la construcción de una forma de hacer o de generar criterios para el hacer cuanto su dimensión epistemológica vinculada a una forma de percibir el mundo y, por tanto, de la acción transformadora.

Tomando como la inscripción de un recorrido en materia de investigación en la formulación y puesta en marcha de un programa de extensión universitaria y, luego, la construcción de una problemática de convergencia para la continuidad del abordaje desde la investigación, examinaremos los avances y los pendientes que hemos podido identificar en el periodo de trabajo.

Respecto de los primeros subrayaremos los aportes vinculados a la construcción de un área de trabajo escasamente explorado en la unidad académica: el campo de la economía social y solidaria. Esto aporta por su especificidad pero también en su potencialidad para construir posibilidades de diálogo e interlocución con áreas de trabajo y campos de conocimiento que registran una amplia trayectoria y profuso recorrido. En este sentido, la construcción de institucionalidad mediante la formalización del programa, su inscripción institucional y sus vínculos explícitos los desarrollos y recorridos antedichos han permitido intercambios novedosos y potenciales diálogos con el adentro y el afuera de la universidad. En gran medida, se arriba a la hipótesis que el carácter difuso que presenta la institucionalidad de las acciones universitarias en el campo de la economía social está vinculada a la convivencia de distintas concepciones de la economía social y de la sostenibilidad de las experiencias de trabajo asociativo y autogestionado e intervenciones motivadas por distintos objetivos que tensionan la articulación con los principales actores que habitan el territorio. A grandes rasgos, estos objetivos consisten, por un lado, en asistencias coyunturales a la población que se presume en situación de vulnerabilidad y vinculada a las problemáticas estructurales de la desocupación y la pobreza. Por otro, en constituir un sistema estructural de promoción y proyección del trabajo asociativo y autogestionado, que promueva tanto la participación plena de estos sujetos y grupos en las definiciones de sus condiciones de desarrollo productivo cuanto en la ponderación de sus propios mecanismos de integración social y económica al proyecto colectivo de ciudad.

Respecto de los pendientes se ha procurado aportar a la reflexión acerca de la implicación de las universidades públicas en la inscripción de nuevas prácticas en los modos instituidos de investigar y entender la producción de conocimiento de nuestras universidades. Subyace a ello, un proceso de institucionalización de modalidades de trabajo que se estructuran por el interjuego permanente de lo instituido y lo instituyente que apueste a construir procesos productores de subjetividad y nos hacen pensar en la dimensión grupal e institucional de la misma.

En este marco, si se avizora como aporte la producción de conocimiento y contribuciones en materia de planificación, implementación y evaluación colectiva de acciones en el campo que componen las organizaciones de la economía social de las ciudades medias del centro de la provincia de Buenos Aires, éste es inescindible de producir movimientos y derivas en los modos de hacer esta tarea. En este marco, se apunta tanto a hacer contribuciones en materia de generación de poder popular mediante los procesos de organización y autonomía de los sectores populares subalternos cuanto a promover procesos formativos integrales que sean generadores de universitarios comprometidos en el hacer y en el sentir de la transformación de la sociedad. Y esto es indisociable de la generación de instrumentos concretos que confluyan en la conformación de un Banco de Experiencias como repositorio de saberes y experiencias de los actores de la ciudad que han desarrollado experiencias novedosas, innovadoras y contrahegemónicas, sistematizadas y disponibles para propios y ajenos. Mientras los propios actores logren fortalecerse a partir de hacer disponibles sus saberes, otros podrán contar con esa información para posibles articulaciones. Asimismo, la disponibilidad de experiencias en el Banco apuntará a materializar un aporte concreto de insumos para el diseño de políticas públicas participativas y la toma de decisiones respecto de la gestión del conocimiento producido por las organizaciones.

 

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Enviado: 05/01/2022

Aceptado: 05/04/2022

 

 

 

Cómo citar este artículo:

 

Rosana, S. (2022). La Economía Social y Solidaria en las ciudades medias: Contribuciones y derivas. Otra Economía, 15(27), 18-32.

 

 


* Investigadora Docente PROINCOMSCI Facultad de Ciencias Sociales, Unicen, Olavarría, Argentina

 

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[1] Referimos al “Proyecto de Investigación Aplicada Cooperativismo y Economía Social y Solidaria en la región centro de la provincia de Buenos Aires. Propuestas de investigación aplicada en torno a marcos normativos y estrategias de comercialización”, Programa de Cooperativismo y Economía Social en la Universidad, Secretaría de Políticas Universitarias, Ministerio de Educación de la Nación, 2014. Dirección: Rosana Sosa. Co Dirección: Daniel Herrero

[2] Se trata del “Proyecto de Investigación Aplicada Red Universitaria en Economía Social y Solidaria para la Comunicación”, Programa de Cooperativismo y Economía Social en la Universidad, Secretaría de Políticas Universitarias, Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, 2016 Dirección: Rosana Sosa.

[3] Referimos a las ciudades de Olavarría, Tandil y Azul, 3 de los 135 municipios que agrupa la provincia de Buenos Aires. Fundadas en el periodo entre 1823 y 1895 y son cabeceras de sus partidos homónimos. Tienen una superficie comparable (entre 5000 y 7000 km2) presentando las dos primeras una población que ronda entre los 70.000 y 120 mil habitantes, según el censo de 2010. Los tres son centros urbanos de rango intermedio, con actividad agropecuaria y diversidad de cultivos, siendo Olavarría de primacía industrial, en particular el desarrollo de la industria cementera.